lunes, 27 de mayo de 2024

Yoshio y Granda: de infractores de la ley a víctimas de una mujer

 Los conservadores de pensamiento siempre claman a sus valores supremos: familia, libertades individuales y democracia representativa.

Hace poco tomaron el centro de la Ciudad de México y de otros centros urbanos para aclamar a sus instituciones, el INE y el Tribunal Electoral, que tanto les han servido para contrarrestar el avance de la democracia social y económica que amenaza sus privilegios.

Los tribunales electorales le quitaron a Morena virtuales gobernadores a unos días de realizarse la elección, en el caso de Michoacán y Guerrero; sino, pregúntenle a Félix Salgado Macedonio.

El caso del candidato de MC por acciones afirmativas, Mario Moreno Arcos, padeció y pudo sortear algunos intríngulis de la ley electoral. Con disgusto lo hizo y acató las reglas del juego democrático creadas por los mismos actores políticos y sus organizaciones. El INE es manejado por los partidos políticos.

En el caso de las desinfladas candidaturas de Yoshio Ávila y Carlos Granda, desde el sábado por la noche en que ellos y sus partidos fueron notificados de la resolución del Tribunal, se convirtieron en ex candidatos y en miembros destacados de sus respectivos partidos, que tendrán que acompañar al elegido como abanderado a la alcaldía en el próximo proceso electoral.

“Ignorantia juris non excusat” o “ignorantia legis neminem excusat” dice un principio de derecho que indica que el desconocimiento o ignorancia de la ley no sirve de excusa para su cumplimiento, porque rige la necesaria presunción de que, si una ley ha sido promulgada, debe obedecerse.

En el equipo jurídico de Yoshio y Granda no hubo alguien que advirtiera a los ahora ex candidatos que su activa participación exaltando con firmeza moral los principios de Morena en su campaña interna (no mentir, no robar, no traicionar) les comprometía y, al verse derrotados, chapulinearon para conseguir sus personales intereses, violentando reglas del juego electoral.

No hubo alguien que les dijera que el chapulineo podría ser sancionado y que traicionaba principios democráticos, amparándose en que todos tenemos derechos a votar y ser votado.

Sí, yo diría que sí todos tenemos derecho a esos derechos, pero con reglas que acoten el oportunismo de los actores políticos que se quieran pasar de roscas y saltar de una organización sin ninguna consecuencia en esta democracia en construcción. Y a burlar la ley le apostaron los chapulines.

“Casa de herrero cuchillo de palo”, decía mi abuela Mencha. Y sucedió con uno de los aspirantes que más presume blasones académicos como títulos nobiliarios y que obtuvo en la escuela de formación de cuadros neoliberales más representativa en el país.

Yoshio, haciéndose pasar como víctima en vez de reconocer que es un infractor de la ley electoral creada por su partido y otros, apunta sus baterías en contra de la candidata de la alianza encabezada por Morena, Abelina López Rodríguez, como si la ex alcaldesa fuera la responsable de haber cometido la infracción y no él y su descuidado equipo jurídico.

La misma reacción visceral se vio en el candidato del PRIANRD, Carlos Granda y su equipo. Solo que aquí, su respuesta inmediata careció de fuerza legal y moral, por la gente que lo acompañó en la conferencia, los menos indicados para reclamar la aplicación de la ley y el juego transparente y democrático.

Siguiendo los refranes, aplica aquí: “dime con quién andas y te diré quién eres”.

Pues, a lo largo de la campaña de MC y PRIANRD, hasta su quiebre por el desaseo jurídico encontrado a sus candidatos defenestrados por el Tribunal, se les vio públicamente con aliados que nada tienen que ver con los valores de civilidad, honestidad, transparencia y democracia. Aquí lo que se ve se juzga, contradiciendo a mi filósofo de cabecera.

Aún faltan siete días para las elecciones, veremos cómo desata el nudo legal el Tribunal. Difícil, yo veo a nombres nuevos como candidatos, tanto por MC como por el PRIANRD.

Lo importante es salir a votar, por quien usted quiera, pero hay que dar el voto a quien ayude a transformar.