Chilpancingo, Gro., a 13 de abril del 2025.- Con la asistencia de cientos de fieles católicos provenientes de diversas comunidades y municipios de Guerrero, se llevó a cabo la celebración del Domingo de Ramos en la explanada del Zócalo de Chilpancingo.
Desde las ocho de la mañana dio comienzo el Domingo de Ramos, evento eclesiástico que marca el inicio de los festejos de Semana Santa con uno misa realizada en el Zócalo de Chilpancingo, con un ambiente de paz, fiesta, color y fe desbordante.
La primera misa dio inicio a las ocho de la mañana y fue presidida por el Obispo de Chilapa-Chilpancingo, José de Jesús Hernández, con una explanada prácticamente llena y un ambiente de fiesta.
Su mensaje fue dirigido a buscar la reconciliación entre los seres humanos, intensificando la fe en Cristo y en la Iglesia Católica, ya que dijo: "Estamos viviendo tiempos muy difíciles, de austeridad, violencia y falta de fe", por lo que pidió a todos los fieles retomar los Mandamientos de Dios, y en la medida que se pueda, asistir a misa con más frecuencia, ya que hoy muchas iglesias de Guerrero lucen semi vacías, "y esa es una situación que debe cambiar".
El programa eclesiásticico de hoy contempló la realización de misas cada hora, desde las diez de la mañana hasta las siete de la noche, en la Catedral de la Asunción.
Cabe destacar que muchos de los fieles se quejaron por el alto costo de las palmas, ya que, por lo general costaban quince pesos, pero el día de hoy por ser Domingo de Ramos se estuvieron vendiendo entre 20, 25 y hasta en 30 pesos las adornadas con alguna flor.
Se quejaron también de que ninguna autoridad, ni municipal ni estatal, vigiló que los costos no fueran altos, ni en la venta de las palmas, ni en los artículos religiosos que se vendieron a precios muy altos en los pasillos del zócalo capitalino.
La gente asistente a este festejo de Domingo de Ramos, aprovechó este día para pasear con la familia y descansar de las presiones y el trabajo de todos los días de la semana, por lo que decidieron asistir a esta importante celebración religiosa y así, romper con la monotonía de la rutina diaria. (Jorge Balvanera)