miércoles, 9 de abril de 2025

La obra de Julia López, se queda para ser admirada por siempre en el espacio terrenal

Por Elsa Zamora
Julia López, pintora guerrerense quien nació en Ometepec, es considerada como una de las mejores a nivel nacional. Ella proyecta lo que sus ojos de niña recogieron de su entorno para ofrecer imágenes, muy coloridas y brillantes, con destellos remarcados, de sus sueños cromáticos; con niñas que corren por el campo y que muestra el folclor de su tierra.
El destino la llevará a la ciudad de México a donde su familia se fue a radicar cuando ella tenía 11 años de edad; con el tiempo, será modelo en la escuela de arte “La Esmeralda, de varios pintores reconocidos como Diego Rivera y Pedro Coronel. De allí que aprendió a pintar observando a estos pintores, para crear su propio estilo, porque afirmaba que ella era autodidacta.
Un libro que editó la Secretaría de la Mujer con su titular María de los Ángeles Nava Rojas en la administración de José Francisco Ruiz Massieu con el título de “Mujeres del Sur “ la dibujan así :”Y como a la inspiración se le tiene que catalogar y a veces hasta explicar, a la pintura de julia López se le ubica en la corriente llamada Naive”.
Por otro lado, en la “Enciclopedia Guerrerense” que publica de manera electrónica el Gobierno de Guerrero, la describe así: “su generación es de un movimiento conocido como la ruptura, nombre dado por el crítico Luis Cardoza y Aragón en 1961, debido a que estos artistas se deslindan de la visión plástica nacionalista”. Ella fue objeto de muchos reconocimientos. De su arte y de su estilo se llevaba el reconocimiento, y de sus exposiciones que se exhibían en alrededor de cuarenta galerías de arte, la crítica la admiraba a través de las revistas, periódicos y medios culturales electrónicos.
Julia López a la edad de 90 años se llevó su inspiración a otra galería de otro plano, pero queda su obra, en el espacio terrenal para ser por siempre admirada.